Una de las líneas de investigación de la conducta criminal estudia la relación 2D:4D como predictor de agresión y comportamiento violento, dada la conexión de este marcador biológico con la influencia de la testosterona en la organización del cerebro y los comportamientos sexualmente dimórficos más prevalentes en hombres. Los resultados han sido mixtos y, en general, se han encontrado tamaños de efecto débiles, aunque significativos, en la relación entre proporción 2D:4D y el comportamiento agresivo, con escasos estudios comparativos y con muestras forenses. El objetivo de este estudio fue explorar las diferencias en la relación 2D:4D entre hombres colombianos (N = 139) con y sin delitos en cuatro grupos. Para ello, se realizó un estudio comparativo con tres grupos de delincuentes condenados en una cárcel de Colombia: (1) agresores sexuales de menores (n = 34); (2) agresores sexuales de mujeres adultas (n = 31); (3) delincuentes violentos no sexuales (n = 26), y uno de (4) hombres sin antecedentes delictivos (n = 48). Se midió la proporción 2D:4D usando la técnica de escaneo de las manos y se analizaron tres medidas digitales con el software Autometric: proporción de la mano derecha, mano izquierda y diferencia entre la proporción de las manos derecha e izquierda (Dr – Iz). Se encontraron diferencias significativas entre la diferencia de la proporción Dr-Iz en todos los grupos, en la que la 2D:4D de la mano derecha fue menor que la de la mano izquierda en todos los grupos. Sólo en los hombres sin antecedentes delictivos esta diferencia no fue significativa. Para evaluar las diferencias grupales en las relaciones 2D:4D, se ajustaron modelos tipo a ANOVA unidireccional con un solo grupo como predictor, seguidos de contrastes de Helmert para comparar las diferencias entre todos los grupos. El grupo predijo sólo la diferencia de las proporciones Dr – Iz, pero no las proporciones de la mano derecha o izquierda por separado. El grupo de hombres sin antecedentes delictivos, mostró una proporción 2D:4D de la mano izquierda significativamente menor (masculinizada) y una menor diferencia (más cercana a cero) entre las proporciones Dr-Iz comparado con los grupos de delincuentes. Sin embargo, los contrastes con cada grupo, mostraron que la diferencia sólo fue significativa con el grupo de delincuentes violentos no sexuales, pero no con los grupos de agresores sexuales. Se concluyó que no hubo diferencias significativas importantes y concluyentes entre los grupos en ninguna medida de la proporción 2D:4D utilizada (mano derecha, mano izquierda o Dr − Iz). Estos resultados respaldan la idea de que estas asociaciones son demasiado débiles para considerarlas predictores de conductas criminales sexuales o no sexuales. Los factores de riesgo que determinan el comportamiento delictivo sexual o no sexual parecen ir más allá de los efectos intrauterinos reflejados por el biomarcador 2D:4D y, posiblemente, involucrar interacciones complejas entre heredabilidad, epigenética y eventos de la vida prenatal y postnatal. Si la relación 2D:4D es un marcador indirecto válido y confiable de androgenización prenatal, no es algo que se pueda discutir con los datos aquí obtenidos. Sin embargo, si tiene más que un simple efecto detectado por casualidad en el comportamiento delictivo, esto también debería explorarse más a fondo no sólo en la mano derecha, como la mayoría de la investigación disponible lo ha hecho, sino en la mano izquierda y en la diferencia entre las proporciones 2D:4D Dr-Iz, para evaluar si su poder explicativo se mantiene bajo como hasta ahora o incluso inexistente.